Jalo …¿quéeee?

Jalo …¿quéeee?


          HALLOWEEN
El origen de esta extraña palabra sajona está en All Hallow’s Eve (víspera del día de los santos). En la actualidad la influencia de la ¿cultura? norteamericana se extiende a todos los ámbitos sociales, y las festividades no quedan excluidas de dicha influencia. Sin embargo antiguamente en los pueblos de Aragón  se vivía todavía la “Noche de las ánimas”. Ya antes de acostarte se procedía al ritual de encender lamparitas de aceite o velas para recordar a los difuntos de la casa. Era una tradición enmarcada en lo religioso pero que hunde sus raíces en los ritos paganos de los celtas. Fueron los europeos quienes llevaron esta costumbre a tierras americanas que ahora  nos la devuelven transformada en una auténtica parodia carnavalesca y consumista del terror made in Hollywood.

Por lo que cuentan los más mayores, las calabazas en  forma de calavera que portaban una vela encendida en su interior y colocadas en la puerta del cementerio (recordad que entonces no estaban en las afueras sino en el medio del pueblo, junto a la iglesia) en  la oscuridad total de aquellas noches sin luz eléctrica, resultaban realmente aterradoras para unos niños acostumbrados a la realidad de una vida muy dura pero no a las imágenes grotescas y fantasiosamente monstruosas que tan familiares son para los de ahora.

Por eso no está de más que, con creencias religiosas o sin ellas, revivamos el espíritu de aquella fiesta iniciática que aludía a la muerte de la naturaleza,  preparando el ánimo para el largo y oscuro invierno, con la esperanza de que después llegaría el renacer y la primavera; para entonces ya prepararían otros festejos  más alegres y luminosos…

Y si queréis contar historias de miedo a los peques podemos recurrir también a nuestra propia tradición aragonesa con cuentos como el de La cabra montesina o el realmente terrorífico (doy fe desde mis recuerdos infantiles) de MARIETA.

P.C.

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