Que todas las piezas encajen

Que todas las piezas encajen

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Un colegio es como un gran puzzle, un buen regalo al que dedicar nuestro tiempo y atención. Cuando empieza el curso todas las piezas están recogidas en una caja nuevecita, tenemos diez meses por delante para desprecintarla, ir sacándolas una a una y encajarlas hasta conseguir la imagen que se nos propone en la tapa. Sin embargo, a pesar de la pasión que sienten por estos términos los ideólogos de la nunca suficientemente denostada y a medias vigente LOMCE, nuestros niños y niñas no son piezas stándard como las de los puzzles que ofrece el mercado. No están cortados con moldes de fábrica ni tienen formatos previsibles, sino que cada uno de estos pequeños individuos tiene sus peculiaridades, curvas y aristas únicas e irrepetibles, capacidades y dificultades que han adquirido a lo largo de su corta experiencia vital o que les acompañan desde el nacimiento y entornos familiares diversos que influyen notablemente en su manera de acercarse a los aprendizajes. El mérito de la educación y de las personas que estamos en esta empresa será ir componiendo un cuadro, un paisaje … con todo ello. Unas piezas necesitarán pequeñas presiones (léase empujones) para que se animen a adaptar sus formas a las de su alrededor; otras, deberemos moldearlas con suavidad y paciencia; alguna se nos resistirá, no acabaremos o no acabará ella por encontrar su hueco pero no nos rindamos, seguro que lo tiene; las habrá que fácilmente se coloquen y sirvan de guía para encontrar el lugar de las demás; y , cuando ya pensemos que hay un vacío al que es imposible adjudicarle la pieza que le pertenezca, busquemos ayuda a través de otras personas: un colega, un experto en rompecabezas que se interese en nuestra composición … o démonos un tiempo de descanso y reflexión que nos lleve a cambiar de postura y contemplar el conjunto desde otro punto de vista para así encontrar el movimiento a realizar.

Y en eso estamos, en conseguir que todas las piezas encajen. Aunque el paisaje final no se corresponda exactamente con el diseño que nos imponía el fabricante (léase ministro de turno, por ejemplo). Puede ser que, si hemos puesto cariño, entusiasmo y perseverancia y cada pieza ha encontrado su lugar en este pequeño laboratorio social constituido por toda la diversidad del alumnado, el producto final supere la propuesta y hayamos construido una verdadera ESCUELA INCLUSIVA. Y en septiembre abriremos una nueva caja …

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