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Mes: julio 2015

Retourner à Arette

Retourner à Arette

Antes de irse de vacaciones, José Antonio nos contó  una pequeña (o gran) historia que sucedió en Arette y que dice mucho de la calidad humana de nuestros chicos y chicas:

Como a la vuelta del viaje nos sumergimos todos en las clases, materias, actividades, pruebas… en el día a día acelerado del cole, a veces olvidamos los pequeños detalles y algunos son tan significativos que merece la pena rescatarlos. Así pues, ahí va…

Como pasa en todos los viajes siempre tiene que haber un momento para hacer las compras, los regalos para los hermanos, los papás y hasta para los yayos;  pues bien un día quedaba un grupo que todavía no había visitado la pequeña tienda de “souvenirs” de la localidad y allí nos dirigimos. Nos organizamos de forma que mientras un grupito de tres hacía las compras en unos diez minutos, el grupo grande esperaba en la plaza, así los niños iban turnándose sin alterar excesivamente la paz del comercio.

En un momento dado, a la hora de pagar hubo un problema con los cambios, algo normal que suele pasar: yo le he dado un billete de… y me han devuelto…  Estuvimos revisando las cuentas con los tenderos, revisando los espacios por si había una posible pérdida, insistiendo, insistiendo, insistiendo …  el niño decía la verdad, los tenderos también, hasta intervino una monitora de la colonia pero fue imposible desenredar el embrollo, quedamos en tablas; quizá al hacer la caja diaria se constatara la confusión …

Teníamos que volver a “casa” y regresamos al grupo grande. El niño que «había perdido» su dinero estaba bastante desconsolado, se sentía responsable de la confusión y «era un billete de 10 € que le habían dado sus yayos» y entonces se produjo el hecho sorprendente: el resto de compañeros que habían sido testigos del disgusto que llevaba lo rodearon  y le entregaron el dinero a través de una colecta que habían organizado de manera espontánea para resarcirle de la pérdida… el uno que no quería,  lo otros que insistían… Qué momento, es difícil imaginar la emoción, así leído, pero vivido es un recuerdo imborrable para todos, especialmente para los adultos que los acompañábamos.  Con estos chicos y chicas hay futuro.

Arette Jun 2015 (3)